Con el pecado ocurre lo mismo. Intentar echar el pecado de la mente es como querer disipar la oscuridad de una habitación golpeándola con un palo.
Si te concentras en la ilusión (*), sólo conseguirás arraigarla aún más en tu mente. Ilumina tu interior con la luz de Dios mediante una profunda meditación y devoción, y la oscuridad se desvanecerá como si nunca hubiera existido"
(*) Yogananda sostenía que todo el mundo conocido es una ilusion (maia dicen los hindúes) y que todo no es otra cosa que el pensamiento de Dios devenido materia.
1 comentario:
Como siempre, Yogananda, un genio, un perfecto genio, estupendo el artículo, y felicidades por el blog :)
salu2
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