sábado, 6 de enero de 2007

13va reflexión: Los fenómenos del mundo y los míos

Quizá este sea uno más de los tantos intentos que realice hasta acomodar definitivamente las ideas. El análisis de los fenómenos míos, los del mundo y el interjuego entre ambos, no me han resultado sencillos.

Como ya hemos superado la instancia de que Dios existe y de que mi existencia debe tener alguna explicación válida en función de la suya se desgranan naturalmente las siguientes preguntas:

- Es suficiente que yo realice una administración más o menos buena de lo cotidiano?
- Puedo mantenerme ajena a las tragedias humanas?
- En qué punto lo que soy debe involucrarse con lo ajeno?
- Hasta donde soy responsable del hambre, el matrato, la guerra...
- Cómo aunar mi forma personal de razonar con lo que parece ser la forma social de hacerlo?
- Es razonable que yo pueda gastar U$S 40 en una cena cuando otros viven con $ 200 todo el mes?
- Cómo se hace para vivir sin sentir culpa pero a la vez, si así se siente, comprometerse de algún modo con lo que importa sin que ello nos vaya la vida? Se puede?
- Hay alguna manera de modificar el barro sin meter los brazos en él?
-Cómo se vive en paz con uno mismo sin ser Margarita Barrientos o Juan Carr? (*)

Creo que el modelado a estas preguntas resulta ser el meollo de cada vida. Encontrar la forma del equilibrio en cada ser: sus pareceres, posibilidades y deseos. Quizá así fuera como Dios nos pensó: a semejanza de EL alfareros de nuestro propio destino. Se me hace necesario mencionar aquí que intuyo que cada mensaje de Dios encierra un código profundo que mi escaso conocimiento no me permite acceder y que lo dicho de que ha creado al hombre a semejanza suya encierra una razón más allá de las palabras. Tiene un objeto específico que aún no pude asir.

En lo que respecta al entorno y yo he creído identificar algunos pasos a seguir que se me hacen, en principio, indispensables, para quienes no se sientan cómodos con el papel que juegan en el mundo. Quizá haya otros mejores. Quizá no opine yo lo mismo más adelante.
La experiencia se ha dado en mí de una forma bastante similar a la que expongo y me ha servido para superar la angustia de sentir que no tenía lugar en el mundo. Si no tienes nada quizá sea bueno intentar con estas:

1. El desapego: no nos desprendemos de nada. La vida se alimenta en un toma y daca natural que del entorno vamos tomando y guardando permanentemente una selección especial que rara vez abandonamos. Si hacemos un balance del año veremos que hemos adquirido objetos, hemos aprendido cosas, hemos experimentado emociones pero nos asombraría ver que casi nada hemos regalado, cuestionado, abandonado. Y así vamos construyendo un yo que con cada incorporación se vuelve más rígido, más incuestionable, más sabelotodo.

Creo que el gran mérito de Descartes no han sido sus pensamientos sino la fuerza de voluntad de decir: he de cuestionarlo todo. Sólo pensaré como verdadero aquello que sea claro y distinso para mi intelecto. Ese es el punto por el que creo ha trascendido en el tiempo.

Buda se iluminó porque sin saberlo fue realizando los pasos en el orden correcto. Si todo lo pensamos en función de nosotros y de lo que conocemos funcionamos como una batidora que hasta que no se detenga y abra su tapa será imposible que ingrese otra cosa. No es fácil empezar a deshacernos de lo que creemos pero tratar de hacer un cambio con ello es imposible.

2. Tomar distancia de nuestro yo: Empezar a analizarnos en función de una trama. Como si nos eleváramos en el aire y nos vemos átomo de un cuerpo más grande: la familia, otro más grande aún, mi barrio, otros mucho más grandes: mi ciudad, mi país, mi mundo. Creo que recién cuando llegamos a sentirnos habitantes del universo podemos empezar a hacer cosas fuera del escaso límite de nuestro entorno. Cuando estás más cerca de Dios adviertes que nada te separa de los que viven lejos y que muchas veces tienes más cosas en común con personas más allá de la frontera que con tu vecino, que no puede abandonar su licuadora.

3.Liberarnos del peso: No sentirnos responsables del hambre, del maltrato, de la guerra... No está ni bien ni mal que no hayamos o podido hacer algo en función de los demás. Consideremos que al menos darnos cuenta nos provee de un mérito, mínimo pero válido. Cuántos pasan por la vida sin siquiera haberse dado cuenta?

4.Ponernos en acción: con lo que se nos haya dado. Con eso que sabemos hacer mejor, desde el lugar que estamos. Siempre pensé que Dios ha pensado un mundo para todos de manera que las verdades que conduzcan a EL deben ser simples, deben estar accesibles a todos. Se me ha ocurrido pensar también que muchas veces debe ser más necesario desprenderse que saber, y aquí Buda otra vez con su desapego. Y en este intento de encontrar los códigos básicos, esos que no dejen lugar a dudas y que nos resultan evidentes a la intuición se me hace que el secreto básico está en el servicio.
Si vendes objetos o construyes casas u organizas personas o entretienes, cualquiera sea la acción que realices siempre debe ser brindar servicio.
Yo no he tenido la oportunidad de ver funcionar o analizar países en función de su calidad de vida pero se me ocurre que cuánto más trabajan las personas en función de brindar servicio mejor es el resultado final y el resto de los obejtivos, rentabilidad, éxito, etc, se dan por añadidura.

Se me ocurre que elmalestar, en especial la angustia ,es un llamado interior a nuestra reubicación en el mundo pero esto quedará para otra reflexión.

(*) Personas fundadoras de organizaciones con fines sociales. Más información en:

http://www.margaritabarrientos.org.ar/
www.redsolidaria.org.ar

Blogalaxia Tags:


No hay comentarios:

 
Free counter and web stats