Volar es suficiente para el ave. Vivir no basta para mí. Presiento
que no como lo veo el firmamento y que soy parte de una inmensa clave.
Sin cesar busco la dorada llave que abra de par en par mi entendimiento
pero sòlo renuevo el sufrimiento de preguntarme lo que nadie sabe.
Quien calibró esta cruel inteligencia
que indaga hasta que prueba su importencia
y luego recomienza el vano juego?
Don estéril y amargo que contrista,
como si a un ciego diéranle la vista
para ver solamente qu está ciego.
Sixto Pondal Ríos
martes, 30 de enero de 2007
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