domingo, 15 de abril de 2007

Hipótesis sobre la justicia divina

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados".

Me traicionaba la ansiedad esperando una justicia posterior. No quería que pasaran demasiados años para que ese señor que ha violado, matado, ultratajado recibiera su merecido.

Si la justicia divina se encargara de darle su merecido en otra instancia y yo no lo viera no estaba muy segura de que me conformara.

Y por otro lado moría de pena viendo morir de hambre o de frío a cientos de inocentes.

Hoy me pregunto: no será acaso lo mismo?

No será ese inocente de hoy el señor de ayer que violaba y mataba? No será nuestro odio profundo hacia tal persona la que la condena a un destino espantoso en su próxima reencarnación?

Se me hace que está operando la justicia. Se me hace que Nerón ha reencarnado y sufrido.

Y así entendí lo de Sodoma y Gomorra. No había niños en Sodoma y Gomorra? No había bebés? Cómo puede ser que no hubieran diez inocentes que evitaran la destrucción de las ciudades? No está hablando este pasaje de la reencarnación y de la justicia?

Cuando alguien padece tanta tragedia no habremos sido nosotros con nuestro odio los que lo fabricamos?

No haremos nacer en los lugares más terribles del planeta a quienes odiamos? No somos inocentes, solo seremos inocentes desde un lugar profundo de amor donde nos sintamos responsables por el hambre del otro, por la sed del otro, por la tragedia del otro, por el odio del otro porque de alguna manera ya hemos condenado.

Sé que el modo en que expongo esta idea puede ser excesivo para los paradigmas actuales pero haberlo visto así no me permite verlo de otro modo.


Creo que la justicia está actuando segundo a segundo. Estamos viviendo en un mundo perfecto. El tema es si queremos vivir en esta perfección.

Cuando alguien roba o mata nos complace saber que irá a la cárcel. Hoy no me alcanza. Hoy quiero que no robe y que no mate. Esto sería para mí perfecto. Y me pregunto cómo colaborar en este nuevo esquema de perfección.

La justicia divina está actuando. Las leyes están activas. Debemos ser mejores observadores. El mundo funciona de una manera bastante alejada a como la imaginamos. Ser como niños, tal cual lo mencionan las escrituras. Sólo siendo niños alcanzaremos el reino de los cielos. Sólo siendo como niños alcanzaremos el modo de comprender en forma profunda los textos sagrados.

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