sábado, 11 de agosto de 2007

Muchas vidas, muchos maestros - Brian Weiss

Poco a poco, llevé a Catherine hasta la edad de 2 años, pero no recordó nada importante. Le di instrucciones firmes y claras:

- Vuelve a la época en que se iniciaron tus síntomas.

No estaba en absoluto preparado para lo que sucedió a continuación:

- Veo escalones blanco que conducen a un edificio grande y blanco, con columnas, abierto por el frente. No hay puertas. LLevo puesto un vestido largo... un saco hecho de tela tosca. Tengo el pelo rubio y largo, trenzado.

Yo estaba confundido. No estaba seguro de lo que estaba ocurriendo. Le pregunté qué año era, cuál era su nombre.

- Aronda...tengo dieciocho años. Veo un mercado frente al edificio. Hay cestos... Esos cestos se cargan en los hombros. Vivimos en un valle... No hay agua. El año es 1863 a.c. La zona es estéril, tórrida, arenosa. Hay un pozo; ríos no. El agua viene al valle desde las montañas.

Después de escucharla relatar más detalles topográficos, le dije que se adelantara varios años en el tiempo y que me narrara lo que viera.

- Hay árboles y un camino de piedra. Veo una fogata donde se cocina. Soy rubia. LLevo un vestido pardo, largo y áspero; calzo sandalias. Tengo veinticinco años. Tengo una pequeña llamada Cleastra... Es Rachel. (Rachel es actualmente su sobrina, con la que siempre ha mantenido un vínculo muy estrecho). Hace mucho calor.

Yo me llevé un sobresalto. Tenía un nudo en el estómago y sentía frío. Las visualizaciones de Catherine y el recuerdo parecían muy definidos. No vacilaba en absoluto. Nombres, fechas, ropas, árboles, todo visto con nitidez! ¿Qué estaba ocurriendo ahí? ¿Cómo era posible que su hija de entonces fuera su actual sobrina? Pero la confusión era mayor que el sobresalto. Había examinado miles de pacientes psiquiátricos, muchos de ellos bajo hipnosis, sin tropezar jamás con fantasías como esta, ni siquiera en sueños.

Le indiqué que se adelantara hasta el momento de su muerte. No sabía cómo interrogar a un paciente en medio de una fantasía (o evocación?) tan explícita, pero estaba buscando hechos traumáticos que pudieran servir de base a sus miedos y sus síntomas actuales. Los acontecimientos que rodearan la muerte podían ser especialmente traumáticos. Al parecer una inundación o un maremoto arrasaba la aldea.

- Hay olas grandes que derriban los árboles. No tengo hacia donde correr. Hace frío; el agua está fría. Debo salvar a mi niña, pero no puedo... sólo puedo abrazarla con fuerza. Me ahogo, el agua me asfixia. No puedo respirar, no puedo tragar...agua salada. La pequeña me es arrancada de los brazos.

Catherine jadeaba y tenía dificultad para respirar. De pronto, su cuerpo se relajó por completo. Su respiración se volvió profunda y regular.

- Veo nubes...Mi pequeña está conmigo. Y otros de la aldea. Veo a mi hermano.

Descansaba. Esa vida había terminado. Permanecía en trance profundo. ¿Yo estaba estupefacto! ¿Vidas anteriores? ¿Reencarnacion? Mi mente clínica me indicaba que Catherine no estaba fantaseando, que no inventaba ese material. Sus pensamientos, sus expresiones, su atención a los detalles en particular, todo se diferenciaba de su estado normal de conciencia. Por la mente me cruzó toda la gama de diagnósticos psiquiátricos posibles, pero su estado písiquico y su estructura de caracter no explicaban esas revelaciones. ¿Esquizofrenia? No; Catherine nunca había dado muestras de trastornos cognitivos o de pensamiento. Nunca había sufrido alucionaciones auditivas o visuales ni ningún tipo de episodios psicopáticos...

1ra parte de la primera sesión de Catherine.

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