jueves, 27 de marzo de 2008

Ante las dificultades en las relaciones con los demás



Ante las contrariedades, en muchas ocasiones uno no sabe realmente cómo reaccionar para conseguir algún beneficio, no sólo propio, sino algún beneficio para el mundo. Soy particularmente sensible a las desavenencias humanas; nos enfadamos, nos ofuscamos, sufrimos por la insensibilidad del otro... ¿Por qué actúa así? ¿Es que no se da cuenta de que...? Pues ahí está el quid de la cuestión: no se da cuenta de...


Entonces, ¿cómo hacer para que se dé cuenta? Perder la calma no parece una buena opción por varios motivos:


- Porque la violencia engendra violencia

- Porque nos pierden el respeto

- Y porque nos perdemos nosotros mismos el respeto


En mi mente, y en mi corazón, surge una pregunta: ¿Por qué tantos problemas en las relaciones? Y aparece una respuesta: "Eres como un espejo y como tal proyectas y reflejas".Tumbada en el sofá, durante el tiempo que dedico al encuentro consciente con mi espíritu, con el espíritu de mi Maestro, de mis protectores, con el espíritu de todos, busco y espero la respuesta.


Y entonces aparece una imagen. Aparece mi Maestro (Jesús). Está sentado a la orilla de un sereno riachuelo. Observo que lanza una sonrisa mientras me mira y mira al río, y entonces dirige mi mirada hacia las piedras que surcan el río. Son unas piedras bien contorneadas y pulidas; unas están en el fondo, otras se elevan por encima del agua, mientras ésta fluye pausadamente. Y me dice que observe con atención. El agua es capaz de introducirse en las piedras; puede que no lo vea pero así es; lo que ocurre es que lo hace de forma tan sutil que apenas se percibe.


Las piedras que ahora vemos tan bien formadas, sin aristas, sin surcos, sin oquedades, fueron en su tiempo pedruscos con puntas dañinas. Pero la suavidad del agua (de las emociones suaves; el agua representa el elemento afectivo, los sentimientos amorosos) incide sin dañar en aquello que a él se acerca, y con el tiempo va remodelando lo que parecía un peligro.Luego me doy cuenta de que así es. Cuando nos enfrentamos apasionadamente contra alguna actitud que consideramos poco adecuada, normalmente recibimos astillas. No así, cuando se hace con suavidad.


También hay un jardín, lleno de verde, y en el centro un pozo. Junto a él estamos mi Maestro y yo, y Él me dice que observe. Me da miedo mirar al pozo, su profundidad, su oscuridad, me aterran, me producen vértigo, claustrofobia, angustia. Pero Él me pide que observe, y entonces me doy cuenta. Allá abajo está el agua, y mucho más abajo la tierra mojada. El agua va penetrando suavemente la tierra, y, si seguimos su camino, vemos como, poco a poco, sube con un nuevo fruto. El verde ha surgido de las profundidades del fango, entre otras cosas, por esa dulce y suave penetración del agua.


¿Dice esto algo para ti?


Colaboración de Hada Saltarina

5 comentarios:

González Luis dijo...

HOla Pasión. Creo que tienes la mejor de las bendiciones, una sonrisa de Jesús. Es importante al interactuar con El figurarlo en la mente, pero con tu detalle de fijo queda llena el alma, con una sonrisa y una mirada acertiva del maestro.

Cuánto hay de maldad en elmundo, d violencia y cosas incomprensibles, ante todo la oración por la conversión, por una renovación y por un incremento de la FE debe ser primordial en nuestras intensiones. Bendiciones.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Resolver conclictos es un tema árduo y complejo.
Podemos ver que nos rodean incompresiones, pero lo que es más duro: guerras, ambiciones, depredación.
Yo intento practicar la no violencia, hay muchos autores interesantes, pero sobre todo importantes logros: Independencia de India, Leyes contra la segregación racial.....
En ambos casos una persona se enfrenta a un Imperio (David contra Goliat) y el chico vuelve a ganar.
La no violencia oparte de absorber uno mismo la violencia que recibe. Aguanta soporta, contra más bien más soporta. Te garantizo que siempre vence a la violencia del agresor que suele abandonar su postura.
Besos saltarina.

mj dijo...

Yo, como siempre sigo pensando, que nuestros verdaderos enemigos son las emociones humanas como el odio, los celos y el orgullo, éstos son los verdaderos destructores de nuestro mundo de felicidad. Es muy difícil luchar contra estos enemigos sin tener las armas adecuadas.
Es precioso tu encuentro de Comunión, con tu maestro, con nuestro maestro: Jesús
Un besazo

Anónimo dijo...

Sí, Capricornio, tienes mucha razón: la sonrisa y la mirada de Jesús hablan más que cualquier cosa que uno pueda imaginarse. Son cálidas, penetrantes.
Sí, Maria José, nuestro Maestro se llama Jesús.
Gracias por tus besos y tu aportación, Compartimos. ¡Qué difícil es no confundir la no violencia con la inactividad, ¿verdad?
Un saludo enorme a todos... Ah, ¿sabéis que estoy en la tarea de abrir un blog? Sí... ¡¡¡otro más en el extenso mundo de internet!!! Ya os notificaré la inauguración, y espero vuestras visitas eh!!!
Lo dicho.. un abrazo, no vamos a quedarnos cortos con un simple saludo

caselo dijo...

Hada Saltarina, el agua purifica y también renueva. Pienso que somos como piedras que se niegan a aceptar la caricia de la vida. Por eso en nuestro afan de superarnos cueste lo que cueste, no oímos, ni vemos, ni tenemos en cuenta a los demás. Un furte abrazo,

Carlos Eduardo

 
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