- Si somos hijos de Dios y EL nos ama, ¿por qué nos hace sufrir tanto?
Esta pregunta le fue formulada al maestro de Yogananda y en cierta ocasión respondió:
- El sufrimiento nos recuerda que este mundo no es nuestro hogar. Si fuese un lugar perfecto ¿cuántas personas anhelarían uno mejor? Incluso, con tantas cosas imperfectas, fíjate cuántas personas buscan a Dios. De entre un millar, quizá una, dijo Krisna.
La ley de la vida es esta: cuanto menos viva una persona en armonía con la verdad de su interior, más sufrirá; pero cuanto más viva en armonía con ella, más experimentará la inagotable felicidad.
Aunque su cuerpo se deteriore por la enfermedad y la gente le ridiculice y persiga, nada podrá dañarle.
En medio de los caprichos de la vida permanecerá siempre gozosamente centrado en su yo interior.
miércoles, 13 de diciembre de 2006
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