jueves, 14 de diciembre de 2006

Otra reflexión sobre religión - Albert Einstein


Los profesores de religión que pretendan luchar por un ideal ético tiene que estar lo suficientemente informados como para apartarse de un Dios personal y librarse de esa fuente de temor y esperanza que en épocas pasadas brindaron tanto poder a los sacerdotes.

Cuando el maestro religioso logre llevar a cabo esa tarea, verán, efectiva y alegremente, que la verdadera religión adquiere la dignidad del conocimiento cinetífico y se vuelve más profunda.


Fragmento de "Así lo veo yo" Edit. Longseller

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es por esto que no hay mejor profesor de religión que los santos. Ellos son el ejemplo del Amor de Dios hacia los hombres, son el instrumento que Dios envía para enseñar religión. Quien quiera aprender realmente lea la vida de San Francisco, Santa Teresa, San Antonio de Padua, por ejemplo. Y si estos son atemporales, pues presten atención a la vida de la Madre Teresa de Calculta (aún no es Santa, para la Iglesia), Sor María Ludovica, Juan Pablo II, y este es una excepción porque a diferencia de los otros que nombré ha sido un hombre con un poder terrenal muy grande; entre otros muchos.

 
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