jueves, 5 de abril de 2007

Conflictos desarmados: la riqueza o la pobreza

Yo voy a hacer un poco de historia de algunos conflictos o situaciones devenidas en este crecimiento espiritual que he ido resolviendo.

He resuelto alguno de ellos no muy segura de haber tenido toda la información disponible para analizar. Quizá sea este uno de los casos en que creo haber llegado a cierta conclusión correcta aún no muy conforme con el planteo realizado.

Estoy en la franja media de la población y reconozco que una vida digna implica un cierto dinero para vivir lo cotidiano. Y me resultaban en cierta medida imposibles la entrega de la Madre Teresa de Calcula o de San Francisco de Asís. No se me ocurría cómo hacer un crecimiento sin una entrega directa y por otro lado cómo cuadraría esto de la renuncia total en el pensamiento de Dios. Dios realmente espera que abandonemos todo? Padre, madre, hijos, bienes para seguirlo? En realidad no me producía esto un conflicto desde el punto de vista personal sino general. Yo sí estaba dispuesta a abandonarlo todo pero no me resultaba consistente que esto fuera lo que Dios esperara de cada uno de nosotros. Sé aún que queda alguna lana por desmadejar pero lo importante está resuelto.

El mundo avanza hacia una sociedad de consumo y por lo pronto se me hace incrédulo pensar en carecer de ciertos objetivos materiales. La rueda parece incrementarse y el mundo dispuesto a perdurar por varios siglos aún. El abandono de las riquezas me parecía alejado de la dinámica mundial.
Traté de pensar como Dios. Sé que puede resultar exagerado pero tratar de pensar como EL me hace sentir que estoy tratando de hacer lo mejor.

En esto de pensar como EL no me resultaba razonable que hiciera vivir a varios miles de millones de personas para que solo unas pocas lo alcanzaran. Esto francamente lo veía como egoísta y por tanto incompatible con su naturaleza. No alcanzo a comprender lo de 144.000 que se salvarán que es un número que contempla la Biblia y que algunos mencionan. No tiene sentido.

Este camino se trató para mí de una comunión con Dios en la que no pedí, no busqué nada especial. Me repetía hasta el profundo amor "que se haga tu voluntad" sabiendo EL que en mi interior esperaba algún esfuerzo que pudiera realizar. Rogándole que no estuviera más allá de mis fuerzas. Y todo se dio de una manera tan natural... me acercó a Buda con su desapego y lo practiqué y a tantos otros con sus virtudes y las traté de imitar.

Hoy pienso que esa frase de los pobres de espíritu a que se refería en las Bienaventuranzas que a mí resultaba chocante era exactamente esto. Creo que no se rfiere a la riqueza material. EL mira el alma y sabe cuánto dependes de lo material y cuánto lo necesitas a EL. Y se produce una conjunción maravillosa donde por un lado: no necesitas nada y lo tienes todo. Y abandonas en tu prioridad a tu familia, esposo, hijos y los recuperas para siempre.

Así es Dios. Una dinámica estupenda que te acompaña en lo diario y que no necesitas ir a ninguna parte a buscarlo porque está en ti presente. Tan distante del Dios que nos enseñan, que el que nos enseñan es muchas veces un equívoco.

Lo más maravilloso que me pudo pasar es haber dudado y lo que puedo decir es que dudar es alcanzar la certezas como dice Galeano.

Sé que parte de lo que pude ver puede no ser cierto. Trato de transcribir aquello que se parezca más a la Verdad absoluta pero no puedo presumir de conocerla. De hecho no puedo saber cuánto de lo que digo es errado o qué tanto me traiciona mi naturaleza. Todo lo que escribo en este blog es para despertar los corazones. Lo único que me interesa es decirte que si el Dios que te enseñaron no te alcanza no estás cometiendo pecado. Estás cuestionándote el camino y está muy bien. Busca otro. Pero aunque encuentres otro, y otro y otro más tu camino eres tu. No hay ritos, no hay formas en la comunión profunda con Dios. Hay un lazo invisible y profundo que te sostiene sólo accesible a tu certeza.

Y sabrás como yo que las palabras son relativas. Son tu medio con el Otro pero carecen de significado en la comprensión de lo Absoluto.

Estamos en Pascua de Resurrección. Quién debe resucitar? Jesús, que ya lo ha hecho o cada uno de nosotros?
Toma tu cruz y síguelo. Verás que quita los clavos. Que retira los maderos. que responde las preguntas. Que se vuelve agil el camino porque ir a El es regresar a casa y estar a salvo. (*)

El conflicto de la salvación quedará para otra reflexión

No hay comentarios:

 
Free counter and web stats