martes, 17 de abril de 2007

Muerte, asesinato, violación, espanto

El Hombre podrá ser maestro, docente, padre, nada, pero lo que sea deberá estar en razón de su propio Ser. Hay una especie de columna vertebral personal y profunda, invisible y mandatoria que lo hace estar cerca o lejos de sí mismo.

Cuando está lejos de sí mismo será capaz de hacer cualquier cosa espantosa no importa si es ejecutivo, ama de casa, sacerdote...

El mundo tiene la visión en el afuera. Medimos las acciones exteriores y alimentamos al ser humano en función de un set de necesidades externas. Insuficientes y confusas. La comunidad carece por completo de la posibilidad de realizar una asistencia a esa columna vertebral profunda del Ser. No sabríamos siquiera cómo hacer para desarrollarlo. Deberíamos pensar bastante, tan alejados como estamos. Quizá la observación a otras culturas y un profundo sentido de humildad nos rescaten del extravío.


No sé qué debemos a hacer. Sólo alcancé a ver que debemos pensar de otro modo. Los ajustes son suficientes en el manejo de las excepciones: no podemos pensar en un ejército infinito de médicos, enfermeras, guardianes del orden que a su vez no enfermen o sucumban en el manejo del imposible.
Si no pensamos desde otra perspectiva no habrá cárceles, hospitales ni hospicios suficientes. El asesino y el enfermo son hermanos en el malestar de lo profundo. Vaya a saber qué cosa hizo que tuvieran destinos diferentes. Debemos indagar en lo profundo. Esa porción del Hombre que no conocemos para nada.

Incluso en las filosofías ancestrales quizá haya un saber a medias. Si yo imagino la enfermedad como parte del karma me conforma a la mitad. Habría como un supuesto inamovible. Parecería insuficiente la misericordia de Dios visto desde esa perspectiva. Algo me lleva a pensar que el Hombre es una dinámica de su pasado y de su futuro. Si el karma determinara cierta razón de sufrir por el pasado tendría que tener una más profunda aún que mire a su futuro. Ese sería el sustento de que la ocurrencia fuera una determinada y no cualquier cosa.

Algo me dice que lo que acontece mira al futuro. El hoy no es casual. Es ese, no otra cosa y tiene sentido posterior con varias direcciones. Lo que haga hoydeterminará su cauce..

Mientras escribo esto siento la necesidad de invitarte a pensar las cosas por tu cuenta. De una manera diferente a como son y a como yo las muestro. No estoy muy segura de estar en lo cierto en los matices y temo confundir. De lo único que estoy segura es de que debemos realizar un regreso al Origen desde este mundo tecnológico. Si pudiera el mundo hacerlo se caerán ritos, se estropearán muchas formas religiosas pero se habrá rescatado de sí mismo aquel hombre que en un acto profundo de humildad decidió que las cosas pueden ser diferentes. Se habrá rescatado él de tanto espanto y podrá entrar en una profunda comunión con Dios.

Y otra vez las Escrituras mencionando el tema de la Humildad. La humildad desde la base. La humildad de desconocerlo todo y esperar que alumbre lo que no es posible imaginar. No es el conocimiento el que te acerca a la Verdad. Es la humildad.

Cuando alguien te habla del Everest y ves la fotos y lees historias de los que han llegado estás usando tu cabeza para tratar de imaginarlo. Pero es poco con lo que es. Si estuvieras allí en cambio, no pensarías nada, serías un simple observador. La realidad se te develaría sola porque no estás interfiriendo. Así debe ser. Si algo de la realidad no te conforma no deberás pensar, simplemente ver. Algo profundo te acercará la respuesta al corazón donde los ojos del alma tienen la capacidad de ver lo que es.

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