Algunos países construyen el país que No quieren

Hoy subí al subte y había alguien parado en la puerta clausurando el treinta por ciento de la entrada y otro del otro lado al mismo porcentaje. En realidad siempre queda una ranura estrecha en que se hace dificultoso ingresar en las horas pico. Justo en las que viajamos todos. Pero además ahora los mp3 suenan para todos, ya no quedan atrapados en el oído del que lo escuchan. Hasta perdimos el silencio.

Miré detenidamente al que obstruía la puerta y del que además escuchaba su música. Pensé que tanto él cómo yo seguramente querríamos vivir en un país de respeto, de amor, de cosas que funcionan, de plazos que se cumplen, de normas que se acatan. Pero tanto él como yo no vemos que en las microconductas de cada día construimos el país que queremos o que no queremos.

A mí me afecta más el que me obstruye la puerta del subte o el que anda con su caño de escape largando humo porque al que gestiona mal no lo veo. O lo veo en el tiempo. Y pienso que el que gestiona mal alguna vez no arregló su caño de escape o se paró en la puerta del subte.

Yo no sé que deben hacer los que nos gobiernan, ojalá ellos sí lo sepan. Yo sólo quiero no estar desatenta a lo que me toca:

- sacar la basura a la hora
- controlar mi caño de escape.
- Detenerme en las esquinas con mi auto para que pase la gente
- Caminar más despacio sin atropellar a nadie y sin entorpecer.
- Poner la música baja para que sólo yo la escuche
- Tratar de no consumir pilas porque no hay una manera sana de descartarlas.
- Tratar con respeto
- No insultar
- No criticar

A ser franca, no siempre cumplo pero se me ocurrió creer que hoy puede ser un buen día para empezar. Quizá tenga suerte, otros opinen lo mismo y no deba estar tan atenta mañana a lo que pasan en la tele porque el Otro tendrá cuidado con lo que pone a disposición en su canal.
Porque el que construye televisores diseñará uno que pueda “leer” el contenido y advertirme al menos.
Que los diarios a partir de mañana mensurarán más la información tratando más de informar y menos de vender.
Que dejaré de ver mujeres desnudas en la televisión y en los quioscos de revistas porque habremos empezado a elegir ver otras cosas o al menos habremos tenido el buen tino de pensar en los niños.
Quizá a otro se le ocurran arreglar sus propias cosas y nos sorprenda el futuro juntos, disfrutando el país que creemos que hoy nos merecemos.