viernes, 1 de junio de 2007

La pérdida del libre albedrío

El hombre no está utilizando el libre albedrío. Si no ha conseguido aún un umbral de confort estará trabajando para lograrlo en un entorno al que se adapta y menos que elige.
Y si ha conseguido ese umbral trabaja para no perderlo o para seguir alimentando un engranaje que, de cuestionarlo, pondría en riesgo sus más profundas convicciones.

Todos han perdido el libre albedrío? No. Los que son felices con las elecciones que realizan y abandonan aquellas que no los satisfacen usan su libre albedrío. Pero cuántos, en esta invasión permanente de información nos podemos retirar a analizarlo? No están muchos desconformes con lo que hacen pero impedidos de hacer el cambio? La felicidad no es compleja, no es egoísta. La felicidad se transmite en la cara, en las acciones, en la salud, en el dormir…La vida es simple.

Se puede recuperar el libre albedrío? Claro que sí. En realidad es una facultad intrínseca al hombre. Nunca se pierde. Se atora en la maraña cotidiana de las preocupaciones o de las ocupaciones pero está allí esperando ser usada como si aún fuera su estreno.

La realidad es tan devastadora que siempre logra confundir. Si no hay una validación del entorno con los resultados esperados otra vez creemos que debemos regresar a lo que nos hacía bastante bien pero era insuficiente. La vida es un acto de coraje. Daría pena que una maquinaria tan perfecta haya perdido la oportunidad de ser lo que debe. Ahora que la reencarnación se me hace clara al menos me da un consuelo pero siento que a veces no me alcanza cuando otro está allí preso de sí mismo y yo sin poder decirle lo que veo.

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