Fragmento del libro Por siempre joven, por siempre sano.
Permítame el lector que le hable de una joven de dieciseis años, llamada Eva P. Su desarrollo fìsico y mental estaba retrasado a causa de una meningitis que padeció cuando tenía ocho años.
Era analfabeta porque su debilidad mental le impidió aprender las primeras letras y ni siquiera era capaz de hacer los trabajos domésticos más sencillos. No era conveniente tampoco dejarla sola, porque varias veces faltó poco para que prendiese fuego la casa. Además, tenía dificultades para andar y para expresarse de manera articulada.
Después de tres meses de ejercicios de yoga, empezó a transformarse de la criatura retraída, hosca y tímida que era, en una joven agradable y simpática, que sonreía y se manifestaba comunicativa con los demás. Pronto estuvo en condiciones de empezar a aprender a leer y a escribir. Quince meses después estaba de aprendiza en un salón de belleza.
Nadie reconocía ya en aquella muchacha normal a la pobre chica que había sido toda su vida, hasta hacía poco. Naturalmente, no vaya a creer que fue tan fácil incorporarla a la clase al principio, piense que no era capaz siquiera de distinguir su mano derecha de la izquiera.
Cuando volvió a la normalidad, su madre lloraba de alegría al ver que había vuelto a "encontrar" a su hija. Además la muchacha se fue desarrollando físicamente y empezó a tener sus menstruaciones normales.
Comentario personal: Me pregunto si no incide de manera positiva, de un modo más evidente que el que parece a simple vista el hecho de que alguien espere un resultado favorable. Creo que muchos se parecen a Eva en estar por debajo de sus capacidades, sin haber existido enfermedad, simplemente porque siempre se lo ha visto de ese modo.
Permítame el lector que le hable de una joven de dieciseis años, llamada Eva P. Su desarrollo fìsico y mental estaba retrasado a causa de una meningitis que padeció cuando tenía ocho años.
Era analfabeta porque su debilidad mental le impidió aprender las primeras letras y ni siquiera era capaz de hacer los trabajos domésticos más sencillos. No era conveniente tampoco dejarla sola, porque varias veces faltó poco para que prendiese fuego la casa. Además, tenía dificultades para andar y para expresarse de manera articulada.
Después de tres meses de ejercicios de yoga, empezó a transformarse de la criatura retraída, hosca y tímida que era, en una joven agradable y simpática, que sonreía y se manifestaba comunicativa con los demás. Pronto estuvo en condiciones de empezar a aprender a leer y a escribir. Quince meses después estaba de aprendiza en un salón de belleza.
Nadie reconocía ya en aquella muchacha normal a la pobre chica que había sido toda su vida, hasta hacía poco. Naturalmente, no vaya a creer que fue tan fácil incorporarla a la clase al principio, piense que no era capaz siquiera de distinguir su mano derecha de la izquiera.
Cuando volvió a la normalidad, su madre lloraba de alegría al ver que había vuelto a "encontrar" a su hija. Además la muchacha se fue desarrollando físicamente y empezó a tener sus menstruaciones normales.
Comentario personal: Me pregunto si no incide de manera positiva, de un modo más evidente que el que parece a simple vista el hecho de que alguien espere un resultado favorable. Creo que muchos se parecen a Eva en estar por debajo de sus capacidades, sin haber existido enfermedad, simplemente porque siempre se lo ha visto de ese modo.
1 comentario:
Hola!
Si has leìdo de Indra Devi me gustaría que compartieras un fragmento o tu impresión personal.
Muchas gracias y gracias por estar aquí.
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