jueves, 14 de febrero de 2008

Los tres caminos - El tercero

Volvió a escuchar las voces de los deportistas e imaginó lo que pensarían de ella, pero no le importaba, estaba disfrutando de su paseo. Empezó a ver, y vio los árboles de tan variados colores. El otoño dejaba su hermosa marca en el suelo. Y entonces surgió otro camino. Era de gravilla y sobre él una alfombra de hojas lo hacía apenas visible. No habían terminado los problemas. Tras el éxito reciente, un nuevo desafío surgía. Las hojas podían ser peligrosas. Pero ella acababa de vencer una prueba y esta tercera que se le proponía no acabaría en derrota; ahora lo sabía. Ahora sí que lo sabía. Cuando iniciara su primera aventura se vio inmersa en el problema y, aunque no sabía si saldría con bien o no del desafío, recorrió el camino; ahora las cosas habían mejorado, ahora sabía que podía vencer si caminaba con cuidado y mantenía la esperanza. En esta tercera ocasión sólo le quedaba aplicar sus conocimientos y actuar muy cuidadosamente. Incluso le dio tiempo a disfrutar de la experiencia. La primera vez había experimentado algo muy semejante al terror en alguno de los momentos, pero ahora sabía que podía lograrlo, podía llegar a un terreno más seguro. Y así fue. La satisfacción resplandeció en su rostro. Aquella tarde estaba resultando muy fructífera. Había conseguido sortear ya dos dificultades.
Sí, había hecho bien en salir aquella desapacible tarde. La naturaleza le había enseñado todo lo que necesitaba saber para sortear las dificultades de su vida. Por supuesto que había pasado por momentos terribles, pero ahí estaba, viva y dispuesta a emprender nuevos caminos. Ya conocía la experiencia. ¿Cómo pudo haberla olvidado? Había que cruzar el bosque para contemplarlo luego con perspectiva. El tercer camino le había hablado muy claro; ella tenía recursos para sortear las dificultades, sólo hacía falta ponerlos en práctica y saber que siempre podría alcanzar la meta.


Colaboración de Hada Saltarina

2 comentarios:

Nora dijo...

A pedido de Ignacio!

ja!

José Ignacio Lacucebe dijo...

Menos bromas. La situación era preocupante, pues aún intuyendo un final posible la realidad se impone.
Yo pensaba que el tercer camino era cuando encontraba al "lobo feroz", pero gracias a la experiencia acumulada afrontando peligros de pronto desapareció.
Gracias Cielo.
Me gustó la poesía.

 
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