Tengo la sensación de que estamos nadando en la superficie.
Quizá en las latitudes de la ciencia, de la política, los negocios, la economía, las humanidades y demás universos productivos no estemos nadando al mismo nivel pero de cualquier modo, todos, a diferente nivel, en la superficie.
Se me ocurre que todo resulta ser bastante diferente a como lo vemos y que si creo en Dios quizá debería comenzar a partir de allí y realizar el análisis de los datos importantes en razón de su existencia.
Deberíamos empezar a prestar atención a lo subyacente.
jueves, 14 de diciembre de 2006
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