martes, 27 de febrero de 2007

Poesia - Esta vez Olga Orozco

Se me ocurre que los poetas, no todos seguramente, tienen un paso más largo. De alguna manera logran asir lo inasible, lo no dicho, lo que aún está por develarse.

Y sobre la base de este pensamiento no me cabe duda que Olga Orozco, quien ya no está con nosotros, ha logrado ver algo de otros mundos, como se titula algunos de sus títutlos, aunque poco tenga que ver con lo que yo sugiero en estos momentos. Poco importa. Lo cierto es que su elección de palabras, su configuración de las realidades la vuelven única y vaya la intención de este blog, de difundirla.

LOS REFLEJOS INFIELES

Me moldeó muchas caras esta sumisa piel,
adherida en secreto a la palpitación de lo invisible
lo mismo que una gasa que de pronto revela figuras
emboscadas en la vaga sustancia de los sueños.
Caras como resúmenes de nubes para expresar la intraducible travesía;
mapas insuficientes y confusos donde se hunden los cielos y emergen los abismos.
Unas fueron tan leves que se desgarraron entre los dientes de una sola noche.
Otras se abrieron paso a través de la escarcha, como proas de fuego.
Algunas perduraron talladas por el heroico amor en la memoria del espejo;
algunas se disolvieron entre rotos cristales con las primeras nieves.
Mis caras sucesivas en los escaparates veloces de una historia sin paz y sin costumbres;
un muestrario de nieblas, de terror, de intemperies.
Mis caras más inmóviles surgiendo entre las aguas de un ágata sin fondo que presagia la muerte,
solamente la muerte,
apenas el reverso de una sombra
estampada en el hueco de la separación.
Ningún signo especial en estas caras que tapizan la ausencia.
Pero a través de todas,
como la mancha de ácido que traspasa en el album los ambiguos retratos,
se inscribió la señal de una misma condena:
mi vana tentativa por reflejar la cara que se sustrae y que me excede.
El obstinado error frente al modelo.


Del Libro: "Mutaciones de la realidad"

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