miércoles, 25 de abril de 2007

Retiros espirituales


Hace ya más de un año, diría que dos, que estoy realizando retiros espirituales. Para quien no los realiza podría sonar como algo místico compartido con un grupo de gente rara que habla de Dios.

Ccuando comentaba en voz alta este tema a unos amigos me dí cuenta que ellos intuían esto y me sentí en la obligación de dar algunas explicaciones adicionales. No porque me molestara que pensaran en que yo puedo ser una de esas personas raras sino para desmitificar la experiencia.

Algo me había quedado flotando en los últimos retiros. Y es que había aprovechado poco o nada la posibilidad de tratar de estar más en comunión con Dios. En definitiva yo voy para tener esos espacios de soledad que me resultan tan complicados de conseguir en la ciudad. En la conversación con mis amigos pude ver que la dinámica de la experiencia resulta otra cosa.

Empecé a rememorar las situaciones y me di cuenta que en la vivenciame había sentido bien y en todo caso me había resultado insuficiente. Había conocido personas como yo que buscaban algo diferente. Un lugar donde no se converse de las preocupaciones cotidianas. Donde uno se encuentra con personas que están presente cuando se les habla, que no envían mensajes por celular delante nuestro, al menos allí, que no están apuradas por irse a ninguna parte, y que uno puede sorprenderse descubriendo experiencias humanas interesantes y disfrutar de ser sólo un oyente.

Me di cuenta que los retiros espirituales son un lugar donde se hallan modos y personas para comunicarnos como cuando lo hacíamos hace muchos años. Que no se habla de Dios, que está implícito. Que se trata más bien de redescubrir al Hombre y recuperar la confianza de que aún se pueden hacer cosas. Hay con quienes.

Quizá todos deberían realizar al menos un retiro espiritual eligiendo tal vez los más programados que aseguren pocos espacio de silencio o aburriemiento si esto pudiera espantar.

Un retiro espiritual , al menos desde mi experiencia, parece ser un lugar donde el Hombre se encuentra a sí mismo después de haberse extraviado tanto tiempo. Quizá haya algún retiro espiritual donde uno encuentre a Dios. Yo no lo experimenté y a priori me cuesta creer que deba ir a alguna parte para lograr allí lo que debería poder lograr en cualquier lado.

Aunque me quede un dejo raro de que algo no pude hacer bien reconozco que esto es una sensación personal. Por lo que significó la experiencia volvería a hacerlo y lo recomiendo.

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