lunes, 5 de mayo de 2008

La sabiduría de las emociones - Norberto Levy




Del mismo modo que las luces del tablero de mando del automóvil se encienden e indican que ha subido la temperatura o queda poco combustible, cada emoción es una luz de tonalidad específica que se enciende e indica que existe un problema a resolver.


El miedo, la ira, la culpa, etc, son estupendas y refinadísimas señales que alertan, cada una de ellas, acerca de un problema particular y sun función es remitir a ese problema.
Cuando esto ocurre uno se concentra en la resolución del problema y le agradece a la emoción haber orientado la mirada en esa dirección, por más dolorosa e inquietante que dicha emoción pueda haber parecido al comienzo.


Solemos creer que las emociones son el problema. Que el miedo , el enojo, la culpa, etc son los problemas que nos acosan. Y no es así. Se convierten en problemas cuando no sabemos cómo aprovechar la información que brindan, cuando nos “enredamos” en ellas y nuestra ignorancia emocional las convierte en un problema más.


Entonces sí, cada uno de estos estados agrega más sufrimiento estéril a la experiencia que vivimos. Pero, en sí lo que perturba no es la emoción sino el no haber aprendido aún como leer y aprovechar la información que transmite.


LA DIGNIDAD DEL MIEDO


El miedo es una valiosísima señal que indica una desproporción entre la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos con que contamos para resolverla.


Es importante aclarar que no existe algo que sea en sí mismo una amenaza. Siempre lo es para alguien y depende de los recursos que tenga para enfrentarla.


La amenaza puede ser física o emocional. Podemos temer ser golpeados, no contar con el dinero suficiente para mantenernos, ser humillados y excluidos del afecto de quienes nos rodean, etc..
Sea cual fuere la ìndole del peligro, si la amenaza tiene un valor diez y los recursos con lo que contamos para hacerle frente también tienen un valor diez, no va a producirse miedo. Si los recursos que tenemos son de un valor tres, el miedo surgirá y será precisamente el indicador de esa desproporción.


Esta entrada ha sido construida a partir del libro “La sabiduría de las emociones” de Norberto Levy, psicoterapeuta argentino que desde hace más de treinta años investiga los mecanismos de la autocuración psicológica.


Hay más información y ejemplos y sólo por una cuestión de longitud seleccioné aquellas frases que me parecieron daban la mejor idea del concepto.


Me parece fundamental presentar esta perspectiva sobre las emociones para nuestro autoconocimiento y también para la responsabilidad que nos cabe en la mirada hacia los otros. Cuando creemos que el otro no quiere quizá sea que no puede y lo único que tenemos que hacer es ayudarle a buscar los recursos para que pueda o que los reconozca. Dice Levy en otro tramo de estas primeras hojas que muchas veces el recurso está pero es como el pozo de petróleo bajo la casa: si no se conoce… no existe.


Si te surgiera alguna pregunta, duda o inquietud puedes ponerla como comentario. Si Levy la responde en su libro te la transmitiré.


Por el momento me pareció muy útil compartir esta maravillosa perspectiva. Yo creo que el camino para llegar a Dios se afirma en dos pilares:

1) Uno mismo: a través del autoconocimiento

2) Los otros: a través del amor


Es probable que comience a poner notas de autoconocimiento o desarrollo personal. Los místicos reconocen esto como el punto de partida y yo coincido.


Bonito día!

Pasión

5 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Interesante tema el de las emociones. Mi hijo hace unos años tuvo la posibilidad de participar en unas presentaciones culturales que trataban de presentar una simbiosis entre un científico y un artista.
Al él le toco compartir sesión con un libanés, residente en Inglaterra, investigador de procesos cerebrales.
Para tener un punto común de partida realizo un cortometraje en el que realizaron un scaner cerebral a su mujer.
Ya estaba preparado el método, sensaciones, sentimientos vivencias de la pareja juntos.....
Fue curioso observar como los procesos cerebrales de la muchacha activaban zonas diferentes del cerebro en función de los sentimientos de las vivencias de sus músicas preferidas......
Recibimos cantridades ingentes de información de la que procesamos una muy pequeña parte, tras un proceso inconsciente de selección.
El miedo considero que surge de la proyección en el presente de una situación desconocida.
La imaginación procesa circunstancias y situaciones normalmente tendentes a la negatividad; peligros que nos vienen del futuro y ese cúmulo de circunstancias nos provoca inseguridad, miedo e incluso pavor.
He intentado aplicar un lema: No hay que preocuparse, hay que ocuparse.
La vida es un constante presente y por tanto es mejor actuar sobre el presente con la información y las sensaciones que se van produciendo que preosuparse, ocuparse previamente, por aquello que desconocemos y por tanto tiene muchas posibilidades de ser falso.
La vida espiritual despierta súbitamente, no pregunta no es producto de la razón. A partir de ese momento se abren infinidad de caminos, tantos como la infinitud de Dios.
Interiorizar, amar, trabajar por la justicia, la paz, el orden mundial,
compartir sensaciones y apoyar a terceras personas, viajar en globo y tantas y tantas posibilidades como personas existen.
En nuestra interacción opino que se requieren dos cualidades : escuchar y no juzgar.
Con esas cualidades se comparte y los miedos desaparecen.
Me he pasado un pelín Perdona.

Nora dijo...

Querido compartimos... me alegro enormemente que esta entrada haya generado tanta reflexión, especialmente de tu parte, afecto a los comentarios cortos.
Un abrazo inmenso!
Pasión

Hada Saltarina dijo...

En primer lugar, gracias por darme a conocer a Norberto Levy. Me parece altemente interesante lo que dice sobre las emociones; especialmente eso de que ellas no son el problema sino la clave.

Y en cuanto a la idea que tienes de ir generando más sobre autoconocimiento, me parece perfecto. ¿Qué tal aportes de esas materias que estudias por ahí?

Un abrazo, Pasión, y gracias por tu visita

Lidia M. Domes dijo...

Hermosa nota. Interesante mirar las emociones como puertas abiertas a nosotros, a nuestro interior...

No me cabe duda que Norberto Levy es un gran Maestro, y un gran observador!!!

Gracias, Pasión!!!

Abrazos,

Lidia

Nora dijo...

Hada/Lidia:
Gracias por vuestras visitas.
Ya ingresaré algún post sobre lo que estudio. Hay tanto por poner, verdad? (hablo en general) y se hace difícil la selección.
UN abrazo inmenso!
Pasión

 
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